Nos enseñaron que amar a sí mismo es una manifestación de egoísmo y narcisismo. Nos enseñaron que primero tenemos que considerar, respetar y amar a los demás. Dejarnos abandonados y destruidos en nombre de los demás. Nos educaron a negar el bienestar propio, evitar los placeres y rechazar la felicidad.
Nadie nos enseñó sobre el Amor propio, cómo amarnos a nosotros mismos de verdad y cómo compartir este Amor con los demás. Es uno de los temas más complejos que la humanidad debe enfrentar y saber resolver.
Sólo amándonos a nosotros mismos podemos ser constructivos, equilibrados y armoniosos. Sólo teniendo el Amor propio podemos darlo y compartir con los demás.
¡Somos la fuente de Amor!
La fórmula perfecta para no perdernos en el camino es:
Sentir el Amor
Estar en el Amor
Ser el Amor
Recordar que somos el Amor desde el principio.
Y sólo después ofrecerlo a los demás…
¡Viva el Amor!