El 20 de marzo celebramos el equinoccio de otoño, cuando el día y la noche alcanzaron la misma duración.
Cada equinoccio funciona como un portal energético. Durante la primera semana después del equinoccio podemos utilizar la energía de este portal para ordenar nuestra vida y prepararnos para el futuro.
El equinoccio es el momento mágico cuando sucede el balance entre los dos polos opuestos.
Es muy importante ser consciente y honesto para reflexionar e identificar ¿dónde aún nos hace falta el equilibrio?
¿Entre Yin y Yang?
¿Entre nuestra luz u oscuridad?
¿Entre la materia y energía?
¿Entre el miedo y el amor?
Responder a las preguntas claves, reconocer nuestros desequilibrios para posteriormente balancear la energía interna y ordenar el mundo externo permite hacer los cambios necesarios para poder abrir nuevos caminos, llenos de oportunidades y posibilidades.
La particularidad del equinoccio de otoño es la recopilación de los conocimientos y las experiencias. Es la mini-cosecha, que permite evaluar nuestro propio camino. Es un momento perfecto para observar todo lo que ha sucedido desde el equinoccio de la primavera, cuando se sembró la gran cantidad de las semillas.
Por lo mismo es muy recomendable dedicar un tiempo a la autoevaluación, para francamente responder a las preguntas:
¿Qué sembré ( pensamientos, emociones, actos predominantes) durante este semestre?
¿Qué resultado obtuve?
¿Dónde estoy parad@?
¿Qué podría modificar y mejorar?
¿Qué cambio o ajuste debo hacer para ser más feliz en el futuro?
Como es la etapa de reconocimiento y recopilación es muy importante agradecerse a sí mismo por todos los éxitos y logros. Desde los más grandiosos e importantes hasta los más mínimos. Y por supuesto es el momento adecuado para agradecer a todas las dificultades, desafíos y conflictos que se manifestaron durante el semestre, ya que son verdaderos puntos de crecimiento.
Además el equinoccio de otoño simboliza el traspaso al invierno, el descanso, el adormecimiento y la muerte. Energéticamente es la mejor época para soltar, despedirse y cerrar los temas pendientes. La Naturaleza es cíclica y en este ciclo debemos despedirnos y desapegarnos de todo lo que no se logró, no se realizó o no funcionó para nosotros. Es una época del Perdón, cuando podemos liberarnos y liberar a otras personas, diciendo «adiós» con el Amor.
Por lo mismo es muy importante trabajar todos los temas pendientes, que estaban acumulados sin resolver. Eso permitirá invernar y descansar como corresponde. Y cuando llegue la primavera estaremos preparados para hacer una nueva siembra.
En el otoño también se siembran las semillas y se multiplican las plantas bonitas que queremos preservar.
Por lo mismo, utilizando la sabiduría de la Naturaleza, podemos sembrar las semillas bellas que tenemos a nuestro alcance, para cosechar hermosa cosecha en nuestro futuro otra vez. Sabiendo que estas semillas van a demorar un tiempo para brotar, podemos hacer los ajustes y las correcciones durante este semestre sin apuro. Pero cuando este afloramiento suceda, recibiremos resultados firmes y muy estables, bien arraigados.
Es un momento perfecto para planificar, soñar y hacer las prácticas creadoras. El Universo acogerá estas semillas y las hará brotar cuando estén listas.
El camino evolutivo es un espiral. En cada vuelta mejoramos, perfeccionamos o nos topamos con lo que aún no fue descubierto y sanado.
Entendiendo eso con mucho cariño y sabiduría aceptemos cada ciclo, porque es perfecto.
¡Una linda reflexión!
