Con la llegada de cada ola de Luz integramos mucha energía positiva y constructiva recibida desde el centro del Cosmos. Ya que lo más apreciado que existe en el mundo es el recurso energético, nuestra tarea principal es integrar y compartirla con los demás.
¿Y con quién podemos hacerlo?
Primero que nada, es un momento perfecto para compartir la energía con nosotros mismos. Esta energía nos permite vivir grandes transformaciones, sanar nuestras heridas, liberarnos del yugo de las fuerzas oscuras, volver a la Luz a la cual pertenecemos. Nos ayuda a conectarnos con nuestra fuerza interior, a lograr estabilidad y equilibrio, a armonizarnos y afirmarnos en esta nueva realidad. Gracias a las nuevas frecuencias de Luz, podemos crear una nueva realidad para nosotros mismos y proyectar nuestro futuro para alcanzar sueños y deseos.
También podemos compartir la energía Cósmica con las personas cercanas. Acompañarlas, ponerles el hombro, abrazarlas y agradecer por todo lo que compartieron con nosotros. Con mucha cautela y respeto envolverlos con el amor y aceptación, mostrándoles que existe otra realidad, donde hay felicidad y paz. Alumbrarles el camino y llenar el espacio que los rodea con la bella energía que poseemos gracias a la conexión con la Luz.
Al recibir la energía Cósmica podemos compartirla con las personas necesitadas, perdidas en las tinieblas de 3D. Sin influenciar en sus decisiones y destino, podemos compartir con ellos un poquito de esa llama divina que obtuvimos gracias a nuestro trabajo y esfuerzo. Limpiar la energía destructiva del lugar que comparten con nosotros, llenándolo con risa, cariño y comprensión.
Siendo una antorcha de Luz, podemos utilizar nuestras intenciones y energía recibida para ayudar a la Tierra. Transmutar y redirigir la energía destructiva en una dirección constructiva y amorosa. Podemos envolver la Tierra y a todos sus habitantes con alegría y gratitud, devolviéndoles toda la energía que recibimos de ellos durante la vida.
No importa cómo y dónde vamos a depositar la energía que el Cosmos nos entrega incondicionalmente, lo más importante es no olvidar que debemos dar de vuelta y siempre hacerlo desde el Amor, sin condiciones. Somos verdaderas antenas y transformadores de la energía que nuestro planeta tiene y recibe.
¡Aprovechémosla bien!
¡Seamos antenas de Luz y Amor!