La palabra «consciencia» aparece en nuestro vocabulario cada vez con más frecuencia. Vivir conscientemente significa estar presente en cada uno de nuestros pensamientos, emociones, actos o reacciones. Estar presente significa tener claridad, definición y certeza de cómo vibramos en cada momento, aquí y ahora.
Cuando tomamos la decisión de despertar o de ser conscientes, elegimos dejar de ser robots automáticos y salir del sueño letárgico e ilusorio que nos desconecta de nuestra Alma.
Elegimos descubrir quiénes somos, de dónde venimos, a qué vinimos a la Tierra y cuáles son nuestras virtudes. La necesidad de encontrar las respuestas a todas estas preguntas nos empuja a empezar con una búsqueda que se convierte en nuestro camino espiritual.
Cuando empezamos con este camino pasamos por cinco diferentes etapas del despertar. Todas ellas favorecen la activación y el despliegue de nuestra consciencia.
El desarrollo de la consciencia sucede paulatinamente. Cada uno de nosotros necesita mucho tiempo, paciencia, trabajo constante y dedicado para poder asimilar los recurrentes cambios que el despertar de la consciencia nos trae.
Es por eso que cada etapa es necesaria y nos permite escalar paso a paso los peldaños del camino espiritual.
Etapa 1. La lectura de libros y expectación de películas.
Los libros y las películas nos permiten informarnos, educarnos, descubrir diferentes puntos de vista y conceptos, expandir nuestra visión y consciencia.
Gracias a los libros y a las películas podemos obtener diversos conocimientos desconocidos, poco ortodoxos, incluso ocultos. Adquiriendo conocimientos logramos explorar y entender mejor el mundo que nos rodea, expandir nuestros límites y salir de los paradigmas, lo cual nos facilita la vida y nos da una base sólida. Además, los libros y las películas nos inspiran y motivan a desarrollarnos, a ser mejores y a crecer como individuos.
El error más típico que cometen muchas personas, es pensar que para estar despiertos y ser conscientes es suficiente leer libros y ver películas. La mente se llena con mucha información profunda, incuestionable y pertinente.
El intelecto impregnado de información hace sentir que hay avance y progreso. Las personas creen y declaran que están despiertas y conscientes. Y esta es una ilusión peligrosa que en la mayoría de los casos no lleva a nada, ya que la mente no es capaz de distinguir la verdad y miente sobre la realidad que no logra reconocer, convirtiéndose en un gran obstáculo.
Lamentablemente, muchas personas no se dan cuenta de esto y se quedan en esta etapa ilusoria de absorción de información por siempre, sin dar un uso adecuado a la información para seguir en el camino espiritual.
Generalmente estas personas consideran que son avanzadas e inteligentes, que lo saben todo… ¡pero no aplican ningún conocimiento en su propia vida!, no logran conocerse a sí mismas y solamente opinan sobre la vida de los demás. Esta ilusión frena el despertar de la consciencia, en algunos casos para siempre.
Etapa 2. Uso de prácticas y rituales.
Por el hecho de ser herramientas fáciles y eficientes, prácticas como decretos, afirmaciones, enviar luz a otra persona, rituales de limpieza o congelar a una persona para que salga del camino, son muy utilizadas. Requieren poco tiempo de aprendizaje y dedicación.
🏻Aquí nombré las técnicas oscuras y luminosas en conjunto.
Muchos se entusiasman con ellas porque son simples, fáciles de aprender y dan resultados rápidos y notorios.
Personalmente me gustan mucho y las utilizo bastante.
Pero muchas veces estas prácticas se usan sin entender bien cómo funcionan, cuáles son los beneficios o perjuicios, cuándo y con quién podemos hacerlas. Tampoco vienen con un manual ni con las explicaciones correspondientes para aplicarlas con seguridad y respeto. Estas prácticas, mal enseñadas o transmitidas superficialmente, tienen una fuerza oculta y destructiva.
El entusiasmo y el apasionamiento no permiten evaluar la práctica. La falta de conocimiento no logra reconocer la naturaleza de la energía, la cual se crea a través de la técnica y se utiliza inconscientemente. Además, poco a poco algunas prácticas se convierten en algo automático e inconsciente: una costumbre sin sentido.
Muchas personas piensan que conocer un par de prácticas y conseguir los resultados es un logro excepcional, y que el camino espiritual está asegurado, cuando en realidad este camino recién empieza.
Etapa 3. Practicar la meditación individualmente.
La meditación es un estado que se logra cuando la consciencia individual empieza a predominar por sobre la mente y nos permite entrar a nuestro mundo interno y alejarnos del ruido externo. Al ordenar y aquietar la mente podemos restablecer el contacto con el Alma, nuestra guía principal.
La meditación es un estado cuando nuestro Maestro interno está listo para responder a todas nuestras preguntas, guiarnos y tomar las riendas de nuestra vida en todos sus ámbitos. Es entonces cuando empezamos a vivir conscientemente en el aquí y ahora.
La consciencia es parte de nuestra Alma. Durante la meditación podemos lograr un alineamiento completo entre la consciencia y nuestros cuerpos herramientas. Esto nos permite descubrir la verdad sobre nosotros mismos, nos ayuda a hacer autodiagnóstico y autocorrecciones.
Estar despierto significa desarrollarse constantemente, mejorar, sanar y, lo más importante, controlar y dirigir nuestra propia energía. Podemos utilizar, con más facilidad, nuestros propios dones y virtudes, triunfar en la vida, gozándola en cada momento.
Recién aquí empieza el camino espiritual. Un camino real, de determinación, voluntad, perseverancia, dedicación y paciencia. Un camino lento y difícil.
Este camino nos permite ver nuestra Luz y Oscuridad, nuestras falencias y dones. Nos permite conocernos y descubrir todo lo que hemos olvidado sobre nosotros al reencarnar en la Tierra.
El camino espiritual nos permite entendernos mejor a nosotros mismos y a los demás, ser conscientes de todas nuestras decisiones y actos, limitaciones y poderes. Solamente la conexión con el Alma nos permite, con humildad, reconocer nuestra grandeza y usarla para obrar bien.
Etapa 4. Practicar las meditaciones grupales.
La meditación grupal es el siguiente peldaño en el camino espiritual. Es un compromiso profundo con la humanidad, el Alma grupal y otras formas de vida.
La meditación grupal tiene que ver con el Amor-servicio que es la expresión máxima del Amor-dar y unión. La unión hace la fuerza y esta fuerza guiada por la Luz logra transformar y sanar más rápido y eficientemente lo más oscuro que existe en la Tierra.
Durante las meditaciones grupales los corazones de los participantes se unen con una sola intención: crear el bien y la Luz. Se activan la empatía, el compromiso, la colaboración, la Gratitud, el Perdón y el Amor. El Amor es la cúspide del camino espiritual de un Ser de Luz, es su destino final.
( En mayúscula están indicados los valores espirituales de Luz)
El poder del Alma grupal es superior al poder del Alma individual. Los beneficios son multiplicados, ya que la misma cantidad e intensidad de Luz que el Alma grupal logra entregar en la meditación grupal, retorna a cada participante de una manera individual.
Las sensaciones de la meditación grupal son diferentes en comparación con la meditación individual. La experimentación de la felicidad, expansión, magnificencia y plenitud son extraordinarias.
Además, el apoyo colectivo favorece a las personas que se están iniciando, las cuales aún no son capaces de elevar sus propias vibraciones solas. Gracias al grupo, los novatos logran conexión mucho más rápido, experimentan las vibraciones desconocidas mucho más elevadas y reciben la misma cantidad de Luz que el grupo.
Etapa 5. Participar en los grupos de Servicio, que se dedican al trabajo espiritual.
En todo el mundo existen diversos grupos espirituales de servicio a la humanidad, trabajadores de Luz.
En estos grupos las personas previamente entrenadas, conscientemente, voluntariamente y desinteresadamente se unen para ayudar a toda la humanidad en el camino evolutivo.
Los corazones de los participantes del grupo se unen con un solo propósito y una sola intención. Durante los trabajos energéticos se juntan los dones y las virtudes, se fomentan los potenciales y las vibraciones.
Un grupo bien entrenado es capaz de crear energía de una potencia colosal e inalcanzable para un individuo o un grupo sin preparación previa. El poder creador se multiplica de una manera insuperable y permite crear lo inaccesible para la mente humana.
Cada creación hecha por el grupo de Servicio entrenado es mucho más potente, estable y permanece a largo plazo, en comparación con la creación realizada por un individuo o incluso un grupo no entrenado.
Las personas de los grupos de Servicio trabajan incondicionalmente, entregando su tiempo y energía a los demás. Es un acto de generosidad, solidaridad, caridad y compasión que la raza humana tanto necesita y solamente las personas con la consciencia despierta y abierta deciden hacerlo.
Muchas veces deben mostrar abnegación y priorizar el servicio por sobre sus propios intereses y preferencias. Estas personas siempre reciben de vuelta los regalos celestiales que el Universo les comparte generosamente, devolviendo la mano.
Es muy importante antes de participar en un grupo de Servicio tener claridad a qué se dedica el grupo y para qué utilizan los conocimientos. Es responsabilidad de cada participante saber ¿qué van a crear en conjunto? Amor u odio, Luz u oscuridad.
Espero que este artículo les ayude a entender mejor qué es el camino espiritual.