En estos tiempos, el concepto de maestro y maestría son utilizados en diversos ámbitos. Por lo general, se refieren al nivel de conocimiento específico que tiene una persona sobre un determinado tema, información que es ajena a ella misma. Y por la cual obtiene un certificado o diploma que avala ese estudio.
Pero, realmente, ¿qué es y qué significa ser un maestro y poseer una maestría?
En el ámbito espiritual, se refiere al estado interno y nivel de conciencia que una persona ha desarrollado. Llegar al grado de maestría les toma a algunas personas décadas, mientras que otras lo consiguen en pocos años e incluso en meses.
La maestría interna no está relacionada con el mundo exterior, muy por el contrario, se refiere a un estado absolutamente personal, íntimo y único que gira en entorno a las vibraciones internas, las cuales son creadas por el grado de conciencia de la persona. Mientras más elevado sea el nivel, este permitirá tener una visión más fresca y amplia sobre la misma vida y así poder marcar los pasos diferentes sobre la Tierra.
Estos son algunos de los pasos para acercarse a nivel de maestría interior:
Paso nº1: El maestro usa conscientemente y de modo razonable, su mente lógica y capacidad de análisis para prevenir el desgaste energético que produce el pensamiento destructivo. Evita el vicio del `disco rallado´, es decir, el dudar y dar vueltas automáticamente sobre un mismo tema. Usa la mente solamente para crear obras bonitas y constructivas.
Paso 2: El maestro se desprende del exceso de emocionalidad y de las reacciones descontroladas que ellas provocan. En vez, él se dedica a sentir, observar y a leer las vibraciones que lo rodean. De esta manera logra identificar la verdad y, con mayor facilidad, puede definir su próximo paso.
Paso 3: El maestro conoce sus propios puntos de vulnerabilidad y límites. Comprende que ellos forman parte de las condiciones de esta reencarnación y maneja esta situación con destreza y sabiduría. Asume la responsabilidad de sus actos y se ocupa de sus puntos débiles al reconocerlos como posibles recursos o potencialidades que aún no han sido desarrollados.
Paso 4: El maestro abandona todo comportamiento destructivo como: venganza, crítica, culpas, juicios, castigo, entre otros. Entiende que estas reacciones no conectan con la sabiduría, sino que lo alejan de ella. Al aceptar su condición humana, integra en su experiencia de vida sus fortalezas y debilidades.
Paso 5: El maestro conscientemente utiliza el libre albedrío para crear su realidad, los escenarios y los guiones de esta reencarnación. Se hace responsable de cada decisión que mueve la energía en una determinada dirección, pudiendo incluso cambiar el rumbo de su evolución.
Paso 6: El maestro sabe que es un ser libre, independiente y autónomo: su atención está enfocada en su interior y no se desgasta en ver lo que hacen los demás ni compararse con ellos. Cuida su libertad y para ello se despoja de todos programas nocivos que lo alejan de su estado divino.
Paso 7: El maestro entiende que las vibraciones de frecuencias altas como: el amor, la aceptación, el perdón y la gratitud son las llaves de la felicidad. Conscientemente cultiva estas vibraciones en su interior —abriendo el corazón, la mente, el alma— a las experiencias extremas donde se mide el grado de cada virtud con mucha exactitud y rigurosidad.
Paso 8: El maestro recuerda el motivo por el que llegó al planeta Tierra. Es un ser aplicado y dedicado, que ocupa tan apreciado y limitado tiempo, para cumplir con su misión y el plan divino estipulado por el Alma.
Espero que este artículo les ayude a acercarse a su meta de autoconocimiento y desarrollo.
