Somos 90% energía y 10% materia. La energía fluye constantemente, nos permite existir y expresarnos a través de la materia. Esta energía vital se gasta constantemente y para cada encarnación es una cantidad limitada. Es como una pila, que está calculada para cierto tiempo, al acabar la energía se acaba el tiempo.
Es muy importante aprender a administrar nuestra propia energía, reponerla cuando se gaste y saber elegir en qué la queremos gastar.
Pero más que eso, es muy importante entender que juzgar, odiar, pelear, tener miedo no solamente crea vibraciones de frecuencias bajas que nos hacen enfermar, sino también consume y quita la energía vital que tenemos y tanto necesitamos. Participar en múltiples fiestas, juntarse con muchas personas, visitar mall y lugares públicos, expresarse con las emociones desbordadas también consumen nuestra energía.
Llegó la hora de revisar ¿en qué gastamos nuestra energía y tiempo?
Debemos revisar cada aspecto de nuestra vida: pensamientos, emociones, actos y decidir que para nosotros es valioso y que queremos conservar; que para nosotros no tienen mucho significado y dejar de invertir el tiempo y la energía en este ruido mundano y cosas banales e insignificantes para nuestra Alma. El equilibrio significa saber administrar nuestro propio recurso vital que es la energía pura. Saber darla cuando es deseado y elegido y dejar de entregarla, cuando sabemos que se desperdicia y se desprecia con el tiempo.
¡Una linda reflexión!