Es muy importante saber empezar el día. La calidad de nuestro día depende de nuestra actitud, enfoque y sincronización. Si estamos orientados en lo negativo, combatir, defendernos y hacer las cosas sin ganas, así será nuestro día; con percances, desgaste y esfuerzo.
Si estamos enfocados en lo positivo, disfrutar, gozar y hacer las cosas con ganas, el día tendrá otro giro. Todo va a fluir, resultar y concretarse.
Nuestro día depende de nuestras vibraciones internas. Y lo que está adentro se manifestará durante el día afuera. Entendiendo eso es muy importante saber proyectar el día, afinar propias vibraciones y dirigir la energía en una dirección deseada.
El ejercicio “Buenos días” puede ayudar a ordenar las energías internas y encausar el día conscientemente.
Antes de abrir los ojos, sin salir de la cama, hay que dirigirse hacia nuestro interior, observar la clama y equilibrio que queda establecido después de un sueño reponedor. Ser consciente de este estado, observar todo lo que se manifiesta y disfrutar el momento.
Después de un rato enfocar la atención en la respiración, visualizar y respirar los puntitos. Suavemente agregar afirmaciones relacionadas con el día.
Ejemplos:
“ Me entrego a la vida y dejo que hoy día todo fluya.”
“ Hoy todo se resuelve de la mejor manera posible.”
“ Todo lo que hoy día voy a implementar funciona y resulta.”
“ Pido ayuda a los Seres de Luz que sirven a la Luz que me guíen y me ayuden a encontrar las mejores soluciones y caminos.”
“ Durante todo el día estoy presente y consciente de cada creación.”
Y como siempre no olvidar a agradecer: “Gracias, gracias, gracias!”
Es muy importante escuchar al propio corazón y dejar que construya las afirmaciones acorde a las necesidades. Sentir la convicción que ayuda a integrar estas afirmaciones en cada célula del Ser.Se logra un resultado extraordinario si los decretos se cantan, utilizando la melodía de una canción favorita o incluso propia.
Durante todo el día se pueden repetir estas afirmaciones y canto.
¡Exito!